En este tiempo estamos celebrando El Pésaj, la Pascua, el evento de salvación y redención que ha marcado la historia de toda la humanidad para siempre; pues por medio del sacrificio del Cordero de la Pascua, que es Jesús, hemos pasado de la esclavitud a la libertad.

La Apóstol Silvia de Muratore nos enseña, por medio de la Palabra, todo sobre esta celebración que se hace en el mes de abril (Nisan) y que marca el principio de los meses del año (Éxodo 12:2), la Apóstol nos lleva en un recorrido por los hechos más importantes que fueron previos al tiempo de la primera pascua:
- El gobierno de José sobre el sistema de Egipto.
- La entrada de Israel en Egipto; en la tierra de Gosén.
- El decreto de muerte a los niños por el sucesivo faraón.
- El nacimiento del libertador: Moisés.

Moisés fue sacado de las aguas para ejercer autoridad sobre ellas y junto con Aarón representaron la vara y la boca de Dios en la tierra. Estableciendo un sacerdocio en el Antiguo Pacto hasta el postrer sacerdocio de Melquisedec que vemos en el Nuevo Testamento por medio de Cristo y el posterior traspaso del sacerdocio y del Reino a sus discípulos.

Finalmente podemos ver el paralelo entre la sangre del Cordero en la Cruz en el 14 de Nisán y su resurrección el día 17 y la sangre en los dinteles en el Antiguo Pacto. Esta sangre nos libra de la muerte, nos limpia, nos viste y nos unge a nosotros: la iglesia, que somos los sacerdotes de un Nuevo Pacto.