Las líneas manuscritas se tornaban más oscuras a medida que la tinta regaba la cánula de la ya ajada pluma. Una pluma que debía asir de una forma muy especial. La punta estaba quebrada. De forma inexplicable, aquel viejo souvenir que había perm
No se podía decir que la vida le hubiese tratado mal. Al menos, no tan mal como dejaba entrever en ocasiones. De su familia y amigos tuvo que soportar, desde edad temprana, las continuas llamadas de atención. «No estás tan mal como te crees», l
Hacía mucho tiempo que quería sentarme a escribir. Sin embargo, por múltiples razones, entre las que no debe ser descartada la propia vagancia sobrevenida tras una larga e intensa jornada de trabajo cualquiera, me autoconvencía de que el moment