Una primicia que empieza muy romántica... y termina en un malentendido tragicómico. Cuidado con equivocarse en el destinatario de los correos electrónicos.
Una primicia que empieza muy romántica... y termina en un malentendido tragicómico. Cuidado con equivocarse en el destinatario de los correos electrónicos.
Una carta muy sentida de un oyente que el mismo día de Reyes, 6 de enero, ve cómo la ilusión de un niño estrenando su juguete se tiñe de marrón. Muy triste todo.