El 8 de marzo es el día de la mujer. Esa misma semana en 1D2 decidimos hacer un programa dedicado al trabajo; aunque en un principio parecería que el tema no tiene nada que ver con lo que el 8 de marzo se conmemoró, pienso que el trabajo es la punta del iceberg, ya que es donde se pueden apreciar muchas de las diferencias entre un género y otro.Muchas veces es noticia ver que una mujer hace por primera vez algo que en el género masculino es normal. Son noticias que lo único que aportan no es el logro que esa mujer ha conseguido, sino que como seres humanos tenemos mucho que aprender ya que, de hecho, yo pienso que todas y todos somos iguales.En el mundo nos podemos encontrar buenos músicos, analistas, vendedores, artistas, ebanistas, pintores, electricistas y podría seguir, pero antes de continuar, os quiero preguntar: ¿pensáis que he empezado bien la frase? En vez de buenos, ¿no tendría que haber dicho buenos o buenas o viceversa?Como podéis apreciar tenemos aún un largo camino que recorrer. Ya que todo empieza por la educación, hoy en 1D2 vamos a hacer que la mujer sea la protagonista. No lo haremos para diferenciar un género, si no, más bien, para fusionarlos y que en la vida real todos y todas acabemos siendo iguales y teniendo las mismas oportunidades.

Hoy es 17 de marzo, bienvenidos, benvinguts a la cinquanta segona edició de 1d2.

Sin darnos cuenta ya hemos llegado al final del programa, hemos escuchado algunas voces de los oyentes, hemos disfrutado con muy buenas canciones y espero que hayamos llegado a una conclusión final.Yo pienso que la sociedad como tal aún tiene mucho que aprender. Enfocamos el problema del derecho a la mujer como único y en ocasiones nos olvidamos que un problema viene debido a las carencias de muchos otros.No es cuestión de si la mujer cobra más o menos ni siquiera si en los órganos de poder hay más hombres que mujeres. Pienso que el enfoque es erróneo, no se debe mirar si hay más cantidad de un género que de otro, todo lo contrario: tenemos que poner nuestra atención a si las personas que están en ese puesto de trabajo son las idóneas, pero claro, siempre partiendo desde el punto de que todos hemos tenido las mismas oportunidades, no tan solo por el género que seamos.En resumidas cuentas: yo me niego a hablar de hombres y de mujeres, quiero hablar de personas y no quiero ver a un hombre o mujer en un puesto de trabajo, quiero ver, de nuevo, a personas.3