En un jardín de plazuelas de Santa Ana, mi mamá trabajaba como profesora de preescolar. Un día, sus compañeras de trabajo le comentaron que en ese lugar pasaban cosas  muy extrañas entra las cuales moversen las cosas frecuentemente. Ella no creía en esas historias, pero un día dictando clases ella estaba ubicada en frente de todos los niños al  lado del tablero, todos los niños muy juiciosos estaban trabajando en silencio cuando de pronto le halaron la chaqueta por la espalda. Ella volteó rápidamente y no había nadie, luego siguió dictando clase y nuevamente le halaron la chaqueta ya por la parte del estómago. Ella se acordó de todo lo que le comentaron sus compañeras y ahí si creyó.  Día después estaban con los niños mirando una películas infantil mientras los papá llegaban a recogerlos para llevarlos ya a casa a final de la jornada, y de la nada en el mueble en donde estaban ubicadas las loncheras todas se cayeron de un solo golpe y un control que estaba en una repisa en la parte de arriba muy arriba voló por el salón y cayó al piso. Miraron las profesoras por todas partes si había alguna ventana abierta y todo estaba cerrado, el viento no podía entrar al salón.