El poder es transitorio. El poder, en esta vida, el poder que realmente vale, no viene "del oriente, ni del occidente, ni del desierto". Cuando Dios quiere, ese poder llega a su fin.
La mentira no llega muy lejos. Da la impresión que resuelve el problema, pero como una "curita" colocada sobre una herida purulenta, mas temprano o mas tarde, la verdad se revela como un huracán que arrasa todo lo que la mentira construyó.