Por: Maria Ruiz
En la vida tendremos que enfrentar situaciones donde sin importar todos los recursos que se inviertan, ni todas las habilidades que se posean, nada, humanamente hablando, nos podrá dar lo que queremos, incluso veremos personas que con poco esfuerzo y menos posibilidades conseguirán lo mismo que deseamos tener, pero aquí se mueve un código divino: hay cosas concerniente a nosotros que Dios las deja bajo misterio, una manera de seducirnos e invitarnos a tener más intimidad con él, ya sea para capacitarnos debido al ministerio que nos ha dado o para doblegar áreas de nuestras vidas que aún no hemos entregado a Él. Recuerda que si eres hijo de Dios como tal serás tratado a fin de que tomes su forma, pero nunca olvides que Dios, como él padre bueno y amante que es, quiere sorprenderte y darte aquello que anhelas, pero requiere que antes le des a él primero.
Que la paz y gozo del Eterno habiten en ti.