Es una frase que escuchamos mucho, sobretodo hoy en día con todo este movimiento del que venimos hablando durante la temporada de la conciencia y el mindfulness. Pero, pareciera que le damos peso a las palabras que escuchamos y no concientizamos suficientemente las que salen de nuestra boca.

Lo único, científicamente hablando, que nos distingue de otras especies animales, fue nuestra capacidad de desarrollar un lenguaje, de definir las cosas a través de sonidos construidos de una forma abstracta, que juntos, forman un vocabulario. Todas esas palabras con traducción en miles de idiomas se encargan de definir nuestra realidad, dan forma a nuestra convivencia en este planeta y por consecuencia a nuestra humanidad.

No nos cuestionamos por qué a un lugar con paredes, cuartos y baños donde viven personas se le llama casa, maison o house. 

Entonces,

¿Qué pasa cuando insultamos a alguien? No cabe duda de que esa persona es indiscutiblemente lo que le estamos diciendo.

¿Qué pasa cuando nos decimos a nosotros mismos “no puedo con esto”? Estamos decretando con lo más fuerte que tenemos, la palabra, que de verdad no podemos.

En este episodio compartimos con ustedes varias astucias que nos han servido para mejorar nuestro lenguaje.

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