La predicación sigue siendo, como en los días de los profetas hebreos y del Señor Jesucristo, la respuesta al alma sedienta, angustiada, herida y afligida por los tremendos problemas del mañana y del mañana. La predicación es un grito de Dios p
La predicación sigue siendo, como en los días de los profetas hebreos y del Señor Jesucristo, la respuesta al alma sedienta, angustiada, herida y afligida por los tremendos problemas del mañana y del mañana. La predicación es un grito de Dios p
La predicación sigue siendo, como en los días de los profetas hebreos y del Señor Jesucristo, la respuesta al alma sedienta, angustiada, herida y afligida por los tremendos problemas del mañana y del mañana. La predicación es un grito de Dios p
Ob. Christian Casanova ?La predicación sigue siendo, como en los días de las profetas hebreos y el Señor Jesucristo, la respuesta en el alma sedienta, angustiada, herida y afligida por los tremendos problemas de la mañana y la mañana. La pred
La predicación sigue siendo, como en los días de las profetas hebreos y el Señor Jesucristo, la respuesta en el alma sedienta, angustiada, herida y afligida por los tremendos problemas de la mañana y la mañana. La predicación es un grito de Dio
La predicación sigue siendo, como en los días de los profetas hebreos y del Señor Jesucristo, la respuesta al alma sedienta, angustiada, herida y afligida por los tremendos problemas del mañana y del mañana. La predicación es un grito de Dios p
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