La Zona Rosa: bohemia por excelencia. En 1967 José Luis llamó a una de sus exposiciones "Temas de una zona roja en esta zona rosa" y desde entonces se le quedó el nombre. Lejos ha quedado la época en que era sinónimo de elegancia y encanto. Hoy ha perdido el glamour con el que nació para convertirse en sitio de la fiesta de fin de semana, trinchera de noctámbulos en busca de table dance y espacio prototipo para la comunidad gay. Y aunque parece señora mal arreglada, con exceso de maquillaje y vestidito extravagante y grotesco, guarda un encanto popular. Si uno le busca bien encuentra el mercado tradicional, los tacos de carnitas y demás garnachas, el arte contemporáneo expuesto en sus calles y los abundantes negocios coreanos. Porque, eso sí, muy discreto, este punto guarda la cultura de Corea en México.