A veces creemos que la mente es quien nos controla y la mayor parte del tiempo, asumimos no tener el suficiente poder para dominarla. ¡Completamente falso!Para satisfacer esta interrogante, dejaremos a un lado cualquier tecnicismo y empezaremos a comprender que nuestros deseos siempre serán el resultado de las necesidades que creamos. Cabe aclarar que Maslow, a través de la teoría de la Motivación, fue quien se encargó de clasificar a muchísimos años atrás, a las necesidades por su jerarquía y según la importancia que tengan para la supervivencia humana. Utilicemos un ejemplo basado en lo que nos ha ocurrido durante el último año. Pensémoslo: de todo lo que quisimos obtener, ¿qué conseguimos? Según la prioridad, algunos habrán necesitado por ejemplo: un juego de sala, un televisor, un vehículo, un play station, quizás comprar un vestido, un traje formal o un par de zapatos. Seguro nos habrá tomado algún tiempo hasta que obtuvimos nuestra recompensa. Durante estos últimos años aprendí que cada ser humano posee un talento especial y que si lo aprovecháramos mejor, los resultados que conseguiríamos serían completamente diferentes. Seamos bastante claros y abordémoslo siendo congruentes con la naturaleza humana. Si algo nos gusta y además lo necesitamos, a nadie le importará lo que otros piensen y mucho menos lo que digan. Y así estemos pasando por alguna necesidad, una vez que algo se nos haya metido en la cabeza, no habrá nada ni nadie que nos impida pensar y hacer lo contrario. Respetando una que otra diferencia, todo el mundo puede tener su propio criterio, pero son nuestras necesidades o deseos los que hablen por sí mismos.

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