Y de repente me llegaron los 27 y empecé a vivir como nunca, un día así de la nada llego a mi cabeza un pensamiento que se convertiría en crisis existencial y a la vez en el impulso que necesitaba para saber que no estaba viviendo de la manera que yo quería, de pronto todo lo que parecía importante dejaba de tomar relevancia en mi vida, entre semana me enfrentaba al trabajo duro que demandaba el crecimiento exponencial de mi empresa y de viernes a domingo me convertía en padre. El momento más hermoso era sin duda al dormir cuando mi hijo me decía que me amaba, a los meses me encontraba en las calles de amsterdam bajo los efectos de la marihuana y los hongos alucinógenos, sin duda no fue lo mismo que a los 15 años porque ahí todo era completamente legal. Y entonces llegó el momento de dialogar conmigo mismo y tener sin duda una de las conversaciones más honestas y más profundas que haya tenido y todo empezó con una pregunta ¿Y ahora que eugenio? ¿Que te tiene tan intranquilo? ¿Qué más necesitas para saber que lo que te hace feliz no está en otra parte del mundo? ¿Qué más necesitas? para darte cuenta que aún cuando regreses tu hijo te esperara con los brazos abiertos y ahí descubrirás que lo tienes todo. Y si amigos es cierto que a veces tienes que viajar miles de kilómetros para darte cuenta de lo que ya tienes en tu vida, la marihuana y los hongos no eran necesarios, pero estaba en amsterdam y eso era como ir a plaza sésamo sin subirte al space shot. Amigos no se droguen, y vivan la vida al máximo, olvídense del legado que en esta época ya parece obligatorio dejar antes de morir, queremos lograr tantas cosas y dejar bienes y herencias a nuestras futuras generaciones que nos olvidamos de vivir.

Hoy a mis 28 años mientras el mundo se va a la mierda, se que lo tengo TODO.