Cuando llegamos a Génesis 3, ¡nos encontramos con un Dios que maldice! Él responde a la desobediencia de Adán y Eva y a la traición de la serpiente decididamente. Con el pronunciamiento de cada maldición y juicio, hay una pérdida de la hermosa obra creativa de Dios. Adán, quien fue creado del polvo, es ahora destinado a volver a él. Eva, quien fue creada a partir de Adán, ahora ha pasado a ser dominada por él. La serpiente, que era más astuta que todos los animales salvajes, ahora es humillada, arrastrándose sobre su vientre comiendo polvo. En este capítulo vemos como el pecado ha afectado a toda la creación.