Hoy hablamos de cómo aumentar las ventas de tu e-commerce a través del CRO, que son las siglas de “Conversion Rate Optimization”, o lo que es lo mismo, optimización del ratio de conversión.



Pero antes déjame que te cuente como me he convertido en un terrateniente.



Todo esto empezó a cocerse durante el confinamiento, hace más de 1 año.



Ojo, esta historia incluye una importante lección empresarial que puede ahorrarte muchos disgustos con tu web.



Bueno, supongo que lo que se nos ocurrió durante el confinamiento, también lo pensó mucha gente.



Quizá tú también.



Eso de estar toda la familia encerrada en casa (aunque tengamos una terraza) no es lo más agradable del mundo.



Así que empezamos a buscar chalets con jardín, pero se nos iban de presupuesto…



Podríamos comenzar a jugar a la lotería y esperar un golpe de suerte.



Pero yo soy más de actuar.



Y que la suerte me pille trabajando.



Hicimos cuentas y nos marcamos un presupuesto.



Nos daba sólo para un terreno agrícola, pero nos gustó la idea.



Vimos un terreno muy cerca de nuestra casa, que era de un banco. Nos pusimos en contacto con ellos y la verdad es que no pusieron muchas facilidades.



La primera pega es que sólo se lo querían vender a empresas.



Vale, no hay problema, soy autónomo.



Pero no les valía, para qué iba a querer un diseñador web un terreno agrícola.



Así que me di de alta como agricultor.



Parecía que así iba a funcionar.



Segundo problema, no se podía comprar directamente; había que hacer una oferta.



Era una especie de subasta oculta en la que no sabes cuantas personas hay interesadas.



Hicimos nuestra oferta pero no resultó ser la ganadora.



Todo esto nos llevó como mes y medio de jugar con nuestras ilusiones.



La verdad es que tras todo el esfuerzo y toda la ilusión que te digan que no te lo venden a ti es un golpe duro.



Pero en esta vida he aprendido que si te caes, te levantas.



Así que seguimos buscando.



Y tras ver 4 o 5 terrenos encontramos uno a 18 minutos de casa que nos enamoró por su ubicación y sus vistas.



La negociación también fue dura, pero al menos ahora tratábamos con un particular.



El terreno era una herencia familiar y hubo que esperar muchos meses hasta conseguir toda la documentación necesaria para poder ir a la notaría y firmar la compraventa.



Una vez firmado, el vendedor nos confesó que llevaba más de 15 años sin ir a cultivar el terreno.



Sabíamos que llevaba descuidado varios años, pero no pensábamos que fueran tantos.



Si el antiguo propietario se hubiera ocupado en cuidar el terreno podría haberlo vendido por más del doble.



Te puedes imaginar lo que habían hecho las zarzas y resto de maleza en ese tiempo.



Ni con un machete lográbamos abrirnos paso. 



En serio.



Hemos tenido que comprar una desbrozadora, una motoazada y una biotrituradora.



Antes no sabíamos ni que existían estos cacharros.



Además de invertir muchos fines de semana y terminar llenos de arañazos por todos lados y con agujetas en músculos que ni sabíamos que teníamo...