Somos vasos fragiles con los cuales el enemigo se deleita quebrando, pero la Gracia de Jesus recoge toda nuestras piezas y sus amor nos une con una fuerza aun mayor a su lado.
No dejemos que las tentaciones y el pecado de este mundo nos roben nuestra relación con Dios, sino que permitamos que Cristo y su Evangelio transformen nuestras vidas para vivir en obediencia con Dios y sus principios!
La fe de una mujer, la lleva a recibir sanación a los pies de Cristo. Jesús nos enseña la diferencia entre una relación casual y una relación intencional y personal con él... Marcos 5:24-34.