En muchas ocasiones, las personas que padecemos enfermedades crónicas, tenemos dificultades para aceptar la nueva situación a la que nos enfrentamos en comparación con nuestro "yo" antes de estar enferm@s.

Esto es siempre difícil, y si has sido una persona muy activa e implicada laboral y socialmente, probablemente te cueste dejar de lado ciertos hábitos, como por ejemplo, participar de todas aquellas actividades que van surgiendo, ayudar a otras personas por el mero hecho de sentirte útil, etc.

No sé si será tu caso, pero sí el mío. Siempre he sido muy activa y me he involucrado mucho en todo aquello que me rodeaba y sentía que podría aportar algo de valor. No es que ahora no lo haga, pero por mi condición de enferma de fibromialgia, no puedo llevar el mismo ritmo que en otras épocas de mi vida.

Aceptar que nuestro físico no responde a lo que nuestra mente ansía, no es una cuestión baladí. El efecto psicológico que esto provoca es realmente  difícil de gestionar y el estrés y ansiedad no tardan en aparecer, lo que lleva asociada una consecuencia adicional al organismo, más dolor!

En fin, un "circulo vicioso" sobre el que hay que trabajar.

En este episodio, te dejo 5 reflexiones que he aprendido de mis sesiones de terapia y grupos de apoyo, que me han resultado muy útiles y espero que te sirvan a ti también.

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