Es el encargado de encender la alarma espiritual si no lo tenemos. Indica nuestro nivel de dependencia de Dios. Si nos falta, lo llenamos con el deber, la responsabilidad y la queja.
Descubriendo el verdadero amor. El vínculo de perfección, que sostiene a todo lo demás. El que ama es capaz de aguantarlo todo, de creerlo todo, de esperarlo todo, de soportarlo todo. Solo el amor vive para siempre.