Esta es una reflexión que compartí hace unos dias con unos jovenes misioneros y que decidí compartirlo con ustedes también, esperando sea de bendición.
Un tema muy delicado, que obviamente se debe tratar y que es una realidad. Es realidad hoy en dia, probablemente un ser querido este en éste proceso y necesita de tu ayuda y debes hacerlo.
Podemos ver la grandeza de Dios en la naturaleza, de cómo da vida y cómo nos enseña a ser como esas semillas que se plantan y deben germinar, florecer y dar frutos, pero a veces el terreno es complicado, pero con la ayuda de Dios aun en nuestra
Sin duda alguna estamos en una sociedad en donde se busca la aprobación, pero en lo personal encuentro más satisfacción al saber que he logrado lo que desde un principio me propuse.
Sabemos que la vida a veces se complica y el amor hacia los demás se nos hace difícil demostrar cuando nuestra naturaleza humana sale a flote, pero Jesús nos enseña a como amar a aquellos que aun nos pueden llegar a odiar.
No siempre se vive sirviendo frente a las multitudes, a veces Dios nos lleva por un camino distinto para cuando Él decida usarnos y glorificarse nosotros estemos dispuestos.
A veces nos enfrentamos a situaciones en donde nuestra fe se pone a prueba y es donde depositamos toda nuestra esperanza en aquel que lo dio todo por nosotros.
Como seres humanos estamos atentos a emitir juicio ante cualquier falla de los demás, pero cuando se trata de nuestros pecados somos los primeros en guardar silencio.
Erramos al pensar que nuestra vida será perfecta, cuando es todo lo contrario. Cuando más predicamos de la verdad o hacemos lo correcto siempre habrá oposición.
A veces cuando creemos que es el fin determinado y que ya no hay esperanzas el Señor viene y de la nada hace algo espectacular que da gloria a su nombre.