En su reposo. 08/07/2022. T18. E19.“Y dijo a los jueces: Mirad lo que hacéis; porque no juzgáis en lugar de hombre, sino en lugar de Jehová, el cual está con vosotros cuando juzgáis”.2 Crónicas 19:6Representantes de DiosA pesar del err
No siempre aquellos que nos han ofendido son conscientes de sus fallas, y en ocasiones aún sabedores no consideran su deber pedir perdón.Es triste eso, pero en esos casos recordemos que el mejor perdón es aquel que surge del corazón y que por
Qué bueno que en Dios hay esperanza para corregir las fallas y qué bueno que en el Señor siempre hay oportunidad de cambiar para ajustarnos a su perfecta voluntad.
El Dios de nuestros padres, el Dios que nos ha bendecido y guardado, ese Dios transmitamos a nuestros hijos, y esa bendición alcanzará para mil generaciones.
Los buenos deseos pueden ser sinceros y la intención positiva, pero quien bendice a otros debe tener claro lo que esto significa; y sobre todo, debe ser poseedor de la bendición de Dios en su propia vida para compartirla con otros. No podemos
No sabemos con exactitud el plan de Dios para nuestras vidas, pero sí sabemos que todo lo que ahora atravesamos puede convertirse en un futuro cercano en un recurso divino para proveernos bendición.
El cuidado de otros procurando no dañarles con nuestras acciones, la responsabilidad de las consecuencias de nuestros errores y la disposición de tomar el castigo de nuestras fallas, es algo que debería estar en el corazón de cada creyente.
Resignación es dolor, es queja, es aceptar algo bajo protesta en el alma. Sumisión es entrega, es humildad, es paz en el corazón al aceptar la soberanía de Dios y su voluntad perfecta e incuestionable.
En momentos así, cuando todo se ve nublado, y la escena no ofrece más que dolor, e incluso aunque nuestra percepción nos haga creer que Dios nos ha abandonado, el Señor está ahí. No lo sabemos, no lo oímos, no lo vemos, no lo entendemos, pero
Dios es un Dios de excelencia. Todo lo hace bien y es de esperar que sus hijos actuemos de la misma manera. En medio de nuestras prisas, no olvidemos que todo lo que hacemos lo hacemos para Dios y él no merece que las cosas se hagan “al ‘ay’ s
¿Recibiste una acción a tu favor? No la olvides, busca la forma de ayudar a quien te dio la mano, y hazlo incluso a través de actos pequeños. Quizá sin saberlo les ayudarás tú ahora a liberarse de sus propias cadenas.
No servia con excelencia por Potifar o por el carcelero, lo hacía porque entendía que este era su presente y lo aceptaba, pero sobre todo porque sabía que al actuar así honraba a su Dios.
Humanamente podemos excusarnos en nuestros miedos, podemos incluso reconocer la mejor justicia de unos sobre otros, pero el estándar de Dios es mucho más elevado que el nuestro.
Si aceptáramos la voluntad de Dios sobre la bendición que él otorga a los demás y nos ocupáramos de mirar en someternos a esa perfecta voluntad, la paz reinaría en nuestros corazones.
No desconfiemos de las promesas divinas y obedezcamos aquello que él nos pide. Reconciliarse a veces es difícil pero es deber de un hijo de Dios avanzar hacia la reconciliación con aquellos con quienes hemos tenido diferencias.
La búsqueda de la bendición de Dios como su único y último recurso para librarse de la mano de Esaú dan a Jacob el último gran cambio que necesita. No el de su nombre, sino el de su corazón.
Fue la presencia de Dios la que lo guió a regresar a la tierra prometida a sus padres. Y por lo tanto sería la presencia de Dios la que lo llevaría adelante en esta empresa.
El Dios a quien servía el hijo de Isaac, a quien había encomendado su viaje y que le había prometido en aquel sueño en Be-tel su presencia y bendición cumplía su promesa, y todos alrededor de Jacob se beneficiaban con ello.
El camino sería largo, sinuoso, vendrían tiempos de alegría y tristeza, de victorias y derrotas, pero todo esto sería parte del proceso de Dios para “hacer de Jacob lo que le había prometido”.