En lo alto de las montañas rocosas se erige el hotel Stanley, cuya historia se remonta a principios del siglo XX. Se trata de un edificio majestuoso, que fue contaba en su momento con la tecnología más avanzada. Pero al llegar el invierno quedaba incomunicado, y se convertía en un enorme monstruo que devoraba las ganancias del resto del año. El lugar parece habitado por el fantasma de un niño, cuyo llanto agónico rompe el silencio de la noche, o por una figura vaporosa que toca el piano de la recepción... No es casualidad que el lugar sirviera de inspiración para la creación de una de las novelas más terroríficas de la historia: El Resplandor, de Stephen King.