“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.” (Isaías 53:4)
La solución es Venir a Cristo por fe. Recibirle a Él como tu único y suficiente Salvador. Cree en el Señor Jesús como tu único Salvador y serás salvo.

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