En la mesa del Señor de viven sentimientos encontrados. Miedo, duda, traición y arrogancia. Frente a todo esto se nos llama a la fidelidad, a la escucha y a la humildad.
María es mujer y madre, llena de Gracia y dolor, creyó en su creador y en las obras que su Hijo realizó en comunión con su Padre, para traer salvación.