La buena noticia del nacimiento del Salvador llegó primeramente a los más vulnerables, pastores de ovejas, gente sin estudios, sin preparación, se les tenía como personas poco confiables y deshonestas, sin embargo, en este momento los vemos como personas mansas y humildes de espíritu… Definitivo, en nuestra mente no serían ellos los primeros en recibir semejante noticia. Sin embargo, a ellos, a personas mansas y humildes, enfermas y necesitadas, fue a quienes vino Nuestro Señor… en cierta ocasión, Jesús se puso en pie en medio de una sinagoga y dijo: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar la Buena Noticia a los pobres. Me ha enviado a proclamar que los cautivos serán liberados, que los ciegos verán, que los oprimidos serán puestos en libertad, y que ha llegado el tiempo del favor del Señor».