Pasarte la vida haciendo un trabajo que no te llena o por el cuál no te sientes recompensada, con compañeros con los que no congenias, con jefes que no empatizan, en una empresa con la que no compartes valores, supuestas amistades con las que nada te une,… puede convertirse en toda una tortura. 

Te levantas por la mañana sin ganas de ir a trabajar. Sin ilusión. Sin motivación. Esta situación, a la larga, puede pasar factura a tu salud tanto física como emocional. 

¿De verdad quieres seguir así?