A lo largo de nuestro día a día tenemos distintas reuniones, eventos y ocupaciones, sin embargo, Dios se ha encargado de agendar citas con nosotros. ¿Recuerdas la primera vez que sentiste la presencia de Dios? ¿o sentiste que su Espíritu te guiaba? ¿Cuándo te prometió que cambiaría y transformaría tu vida? ¿Qué te sanaría o restauraría? ¿Qué tendrías la vida eterna?, bueno, incluso sus promesas son citas que Dios arregla para encontrarse contigo.

Sin embargo, hemos pospuesto esa cita muchos años, posponemos esa cita donde Dios quiere destruir de raíz toda maldad, cambiar tu situación, tú sabes que quiere hacer algo en ti, transformar tu vida, pero hemos evadido esa cita porque no estamos dispuestos a aceptar su voluntad.