Llevas mucho tiempo caminando bajo un sol abrasador, arrastrando sobre tu espalda una pesada mochila de recuerdos del pasado, viendo tan solo tus huellas al caminar, la inmensidad de la arena que nunca termina, bajo un cielo abierto, sin ni siquiera nubes que dibujen una sombra miserable, desorientad@, sin sentido, dando vueltas, perdid@, te sientes muy cansada, muy cansado

Parece que no hay salida de ese desierto.

Como si estuvieras condenada, condenado a seguir caminando hasta el fin de tus días.

De pronto, te parece ver un oasis.

Te frotas los ojos para asegurarte de que no es un espejismo.

Es un oasis de verdad.

Puedes ver Palmeras, un lago de agua cristalina y una casa de barro

Corres hasta llegar a ese lugar que parece que hubiera surgido de la nada.

Al llegar ves a un hombre y una mujer que tiene un rostro sereno, amable, que te resultan familiares, aunque nunca antes les habías visto, y te dan la bienvenida diciendo:

“BIENVENIDo a tu oasis, te estábamos esperando" ...dicen tu nombre, como si te conocieran desde siempre. "Estamos muy felices de que por fin hayas llegado”

Estas sorprendid@ y , a la vez, encantad@, con la sensación de haber llegado a casa, a tu hogar, después de un viaje eterno.

Te enseñan una habitación preparada para ti en la casa.

Y te proponen que te relajes dándote un baño en el lago mientras preparan un té.

Entras en la casa, descargas tu pesada mochila, te quitas la ropa, los zapatos, y decides darte un baño en el lago.

El agua del lago es azul transparente y es muy muy agradable y la sientes en tu cuerpo como si fuera un maravilloso masaje que te están dando los los ángeles.

Sientes la brisa suave y refrescante que mece las ramas de las palmeras y te acaricia

Siente como todas las tensiones, el cansancio, los miedos, que habías vivido en el desierto, desaparecen y tu cuerpo y tu mente se quedan relajados..., profundamente relajados.

Te quedas en el agua durante un rato, disfrutando de esa paz, de esa calma, que hacía tanto tiempo que no sentías.. Siente esa paz y esa calma a tu alrededor, pero sobre todo dentro de ti

Este es tu oasis.

Tu lugar en donde puedes descansar.

Mantén el estado de vacío mental todo lo que te sea posible.

Cuando lo sientas, a tu ritmo, puedes mover poco a poco tus manos, tus brazos, tus piernas, el cuello, la cabeza y puedes abrir lentamente los ojos

...

¿Cómo te has sentido durante el ejercicio?

¿Cuales han sido tus sensaciones físicas, tus emociones, tus pensamientos?

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