La obra actual difiere del planteamiento hecho hace cuatro años. El Tren Maya pasó de ser un transporte de pasajeros con un enfoque turístico a uno de usos mixtos que llevará también carga. Tanto el costo, como el trazo de las vías y el tiempo de construcción han sufrido ajustes. Incluso el espíritu original del proyecto cambió. La promesa era detonar el desarrollo económico y la promoción de los principales destinos turísticos de la región, pero desde el principio, tanto la oposición como algunas organizaciones no gubernamentales plantearon dudas sobre la viabilidad de alcanzar las metas del proyecto. En este episodio hablamos de la encuesta, los concursos de la fase 1, la Manifestación del Impacto Ambiental y las voces que se oponen a este proyecto.Más información sobres este proyecto, en Expansión.