Dios te bendiga de manera especial. Este es el día que Dios ha hecho nos alegraremos y gozaremos en su presencia. Hoy aceptaremos la invitación de Jesús para sentarnos a su mesa. Apocalipsis capítulo 3 versículo 20 dice: "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo". Me encanta este principio de sentarnos a la mesa para participar de la mejor comunión. Es interesante porque dentro del contexto bíblico se habla de varios encuentros muy especiales, que también tenían que ver con cenas. Encuentros de comunión, donde a veces se celebraban victorias; y en otras ocasiones se establecían pactos; se arreglaban diferencias e inclusive se renovaban compromisos. Me parece este principio muy espiritual y muy necesario, aún en el día de hoy. En el libro de Génesis capítulo 14, habla precisamente la historia de una guerra que se dio entre un rey Quedorlaomer y esta alianza que hizo para ir en contra de otros reyes y conquistar. Se dice que esté re-invade y saquéa a Sodoma y Gomorra y se lleva también cautivo a Lot con toda su familia. Abraham se entera de la situación y se lleva 318 criados y recupera a Lot. Vence esta alianza, según las escrituras, porque Dios le da la victoria. Y es interesante porque de regreso sale a recibirle el rey Melquisedec rey de Salen. Este de quién se dice que no tiene principio ni fin y que muchos identifican como Cristo mismo. Una manifestación anticipada del Señor. Lo que se conoce como una teofanía. Cosa más extraordinaria porque la Biblia dice que no solamente le sale al encuentro, sino que invita a Abraham junto al rey de Sodoma comer pan y vino. Es particular porque en ese encuentro se establece un pacto o un acuerdo que se sella con esta experiencia de cenar juntos. Y quizas El Señor nos está invitando a hacer lo mismo. Hay ocasiones en que debemos sentarnos a la mesa para crear acuerdos. Es posible de que sea necesario que te encuentres con alguien y lo invites a participar de una cena de diálogo y de compromiso, de acuerdo. Para bendecir, para sanar, para restaurar... Que El Señor nos ayude porque yo creo que todos necesitamos invitar a nuestro enemigo, al que no piensa como nosotros, aquel que es menos espiritual que nosotros o el que es más espiritual que yo. Para vivir en comunión, para dialogar y crecer juntos. Porque de eso se trata el evangelio. Señor, ayúdanos para poder hacer esto. Que podamos aprender de ti. Queremos cenar contigo y eso también significa cenar con nuestro hermano. Cenar con aquellos que no necesariamente piensan como nosotros; Ni sienten como nosotros; ni piensan como nosotros. Ayúdanos Padre, para que podamos hacer alianzas que fortalezcan la vida del espíritu. Y podamos ser instrumento de bendición para que el que hoy necesita solidaridad. En el nombre poderoso de Jesús, amén.