La obra de arte que he escogido yo para sonorizarla es “El pegaso negro” del gran Odilon Redon. En el cuadro, podemos apreciar un pegaso negro en pos de salir volando, demostrando su grandeza a la doncella que tiene delante. Es un paisaje muy fantástico.He montado la sonorización desde dos puntos de escucha: el del pegaso (objetivo) y el de la doncella (subjetivo). En el objetivo, he subido los sonidos del pegaso por encima de los demás, ya que así es como se escucharía a sí mismo, porque sus sonidos resonarían por su cuerpo y aumentaría su intensidad. Por eso, cuando vuela, escucha más lejana a la doncella reírse y oye mejor el viento. Así que he jugado con los planos sonoros estando él en tierra y volando un poco, ya que se alejaría más. En el punto de escucha subjetivo, he utilizado a la doncella como figura principal, por eso se oye más a sí misma cuando se ríe y escucha más cerca o más lejos al pegaso según este está en el suelo o ha alzado un poco el vuelo.La perspectiva sonora y los efectos han sido imprescindibles en esta creación, ya que es cómo suena esa obra, y sin utilizar estos recursos, no se habría podido dotar de realismo ni de credibilidad para el oyente.